¡Lávate las manos!
Con motivo del próximo Día mundial del lavado de manos, el 15 de octubre para ser más exactos, os escribo esta vez para recordaros la importancia del lavado de las manos.
Se estima que el 20% de las intoxicaciones alimentarias se dan por el incorrecto lavado de manos. ¡El 20%! ¡Qué fácil sería acabar con esto si simplemente nos molestáramos en lavarnos las manos antes de manipular un alimento!
En nuestras manos podemos encontrar bacterias, virus e incluso parásitos de todo tipo. Desde aquellas que nos causarían graves enfermedades gastrointestinales, como salmonella, o las producidas por bacterias de origen fecal (si si… literalmente fecal) como Escherichia coli, hasta las causantes de las infecciones nosocomiales.
Antes de seguir leyendo, paraos un momento y pensad cuantas cosas tocáis al cabo del día con las manos… Bien, pues casi con total seguridad en cada una de las cosas que tocamos hay millones de bacterias, y éstas, pasan gustosamente a nuestras manitas para quedarse ahí hasta que nos las lavamos bien, pero bien bien…
No se trata de que cada vez que toquemos algo salgamos corriendo despavoridos y nos restreguemos las manos con un jabón desinfectante, luego lejía y para terminar nos frotemos con un cepillo la piel hasta dejarnos las manos en carne viva, pero sí que es importante que sepamos cómo y con qué tenemos que hacerlo.
Hoy en día, y tras las alertas que hubo hace unos años por la gripe aviar y otras epidemias, salieron al mercado jabones muy eficaces para la desinfección de manos, en las farmacias podemos encontrar cantidad de ellos. Pero ojo, estos jabones pueden dejar restos químicos en nuestras manos y si luego lo que queremos es manipular alimentos quizás debamos fijarnos muy bien en cual utilizamos y con qué fin.
Aunque parezca evidente, no siempre nos lavamos bien las manos, así que aquí os dejo los pasos a seguir:
- Primero debemos despojarnos de todas las pulseras, anillos, reloj y demás efectos personales que llevemos.
- Luego debemos asegurarnos de disponer de un lavamanos con agua caliente (entre 20°C y 40°C).
- El jabón que utilicemos tiene que ser bactericida, y con este, tenemos que frotarnos las palmas y dorso de las manos hasta las muñecas durante unos 30 segundos, y sin olvidarte de las uñas.
- Después aclararnos bien con agua caliente.
- Y por último, secarnos las manos completamente con papel de un solo uso.
¿Parece fácil verdad? Pues apostaría a que la mayoría de nosotros no seguimos ni la mitad de estos pasos.
Haced caso a vuestras madres y acordaros lo que nos repetían hasta la saciedad todos los días: “¡¡Lávate las manos antes de comer!!”
Laura Moya Torvisco